El blog de Lauri

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La llave de Sarah enero 2, 2011

28 de diciembre. Invitación a la premiere de la, hasta ahora, desconocida Llave de Sarah. Pocos son los que han oído hablar de esta película. Nosotros, seremos de los primeros en disfrutarla.

Las luces poco a poco bajan su intensidad para dejar lugar al comienzo del largometraje. Ocurre en francés, felizmente. Dos horas de viaje en el tiempo. Dos horas de intenso recuerdo. Por fín, dos horas de cine.

La llave de Sarah es la historia de Sarah, una niña judía cuyo destino se enreda mientras la redada de 1942 en Francia. En paralelo y más de 60 años después, Julia, una periodista americana, decide investigar la historia del piso al que tiene previsto mudarse. Éste resulta ser el que fue ocupado por Sarah y su familia, justo antes de «la Rafle».

13.152 judíos arrestados. Pocos conocen aquel hecho histórico. Unos fingen no recordarlo. Otros prefieren olvidarlo. La «Rafle» fue unos de los momentos más trágicos de la Historia de Francia. Hay pocas palabras para describirla. Las imagenes tal vez, son las que más hablan, más dicen. Invitación a una reflexión personal, íntima hasta lo más profundo de nuestra historia individual y colectiva. ¿Somos culpables? ¿Somos responsables? Habrá que decantarse por uno de los dos. Sea cual sea la elección, el ruido de fondo seguirá siendo el mismo. 13.152 judíos arrestados.  Bombardeo, terror y genocidio.

«Devoir de mémoire, travail de mémoire». Poco importa el nombre. Importa el hombre. El hombre que cayó, el hombre que murió por lo que fue. Y nosotros, aquí estamos, sentados en unos sillones rojos, viajando y pensando… Cazando nuestros fantasmas.

Guionada y realizada por Gilles Paquet Brenner. Protagonizada por una brillante Kirsten Scott Thomas.  Los ingredientes están a punto de harmonizarse. La receta prometía mucho; sin embargo, algunas escenas nos dejan mal sabor de boca. Notas americanas mal absorbidas. Una escena final patética rompe la magía instalada. La trama a veces forzada contrasta con los momentos emocionantes que evocan recuerdos de familia.

A pesar de todo, la propuesta sigue en pie. Salimos del cine callados, en una reflexión inevitable. Ha valido la pena, sin duda alguna.